ANTECEDENTES DEL DESASTRE DE CUBA
Los restos del imperio colonial español desde 1825 se basaba en dos grandes islas del Caribe,Cuba y Puerto Rico;las islas Filipinas en el Pacífico; y una seria de islotes dispersos también por dicho oceáno.
Cuba y Puerto Rico tenían una vida económica basada en la
agricultura de exportación, sobre todo de tabaco y azúcar de caña (en explotaciones donde
trabajaba mano de obra esclava). Aportaban grandes beneficios a la economía española y
constituían un mercado cautivos. Esta situación perjudicaba claramente a las islas, que podían encontrar productos
más baratos en los vecinos Estados Unidos.
En Filipinas la población española era escasa y los capitales invertidos, poco
importantes. Durante tres siglos, la soberanía española se había mantenido gracias a una
pequeña fuerza militar y a la presencia de varias órdenes religiosas.
Los antecedentes del desastre en Cuba fueron la Guerra Larga (1868-1878), y la Guerra
Chiquita (1879). La primera, pretendía la abolición de la
esclavitud y la autonomía política. Esta Guerra Larga acabó con la Paz de Zanjón.
CONFLICTOS
En 1879, un año después de firmarse la Paz de Zanjón, se produjo una nueva
insurrección contra la presencia de los españoles en la isla, que dio lugar a la llamada Guerra
Chiquita. Esta sublevación de los mambises (nombre con el que se reconocía a los insurrectos
cubanos) fue derrotada al año siguiente por la superioridad del Ejército español.
En 1895 el Grito de Baire dio inicio a un nuevo levantamiento generalizado. Desde la
metrópoli se envió al general Martínez Campos, que no consiguió controlar militarmente la
rebelión, por lo que fue sustituido por el general Valeriano Weyler. Éste trató muy duramente a
los rebeldes, aplicando la pena de muerte a muchos de ellos y estableciendo un sistema de
“campos de concentración”. Sin embargo, tampoco logró detener el levantamiento cubano.
Paralelamente al conflicto cubano, se produjo una rebelión en las islas Filipinas en
1896. Allí, José Rizal había fundado la Liga Filipina, con un programa basado en la expulsión de
los españoles y la confiscación de sus latifundios; todo ello para lograr la independencia. Desde
España se envió al general Fernando Primo de Rivera, que firmó una paz temporal con los
rebeldes filipinos en 1897.
Tras el asesinato de Cánovas en 1897 y conscientes del fracaso de la vía represiva de
Weyler en Cuba, el nuevo Gobierno liberal de Sagasta inició una estrategia de conciliación con
la esperanza de pactar una fórmula que mantuviera la soberanía española en la isla. Para ello, decretó medidas como la autonomía de Cuba, el sufragio universal masculino o la igualdad de
derechos entre insulares y peninsulares. Pero las reformas llegaron demasiado tarde: los
independentistas contaban con el apoyo de los estadounidenses y se negaron a aceptar el fin
de las hostilidades.
En el pasado, el interés de Estados Unidos por Cuba se había traducido en varias
proposiciones de compra de la isla, que España siempre había rechazado. A partir de 1895, el
presidente McKinley mostró abiertamente su apoyo a los insurrectos enviándoles armas por vía
marítima.
La ocasión de iniciar una guerra contra España la encontró Estados Unidos a principios
de 1898, al culparla de la explosión del acorazado americano Maine, anclado en la bahía de La
Habana, que costó la vida de 260 marinos estadounidenses. Estados Unidos declaró la guerra a
España. Las tropas españolas fueron rápidamente derrotadas en la Batalla de Santiago de
Cuba, donde enfrentaron sus barcos desvencijados a los modernos navíos estadounidenses.
También fue España derrotada en Filipinas, en la Batalla de Cavite.
IMPACTOS POLITICOS, SOCIALES Y ECONÓMICOS
En diciembre de 1898 se firmó la Paz de París, por el que España reconocía la
independencia de Cuba, y cedía Puerto Rico, Filipinas y la isla de Guam a Estados Unidos, a
cambio de una compensación de 20 millones de dólares. El Ejército español regresó vencido y
en condiciones lamentables, mientras muchos españoles se preparaban para evacuar la isla y
repatriar sus intereses.
En 1899, España entregó al Imperio alemán las islas Carolinas, las Marianas (excepto
Guam) y las Palaos, a cambio de 25 millones de dólares.
En cuanto a las consecuencias del Desastre, la derrota contra EEUU y la pérdida de
unos 50.000 hombres produjo una intensa conmoción en la población española. Otra secuela
del Desastre del 98, fue una crisis de la conciencia nacional, expresada a través de los autores
de la Generación del 98; y un auge de los movimientos nacionalistas (vasco y catalán, sobre
todo). Por otra parte, se desarrolló el llamado Regeneracionismo, una propuesta de reforma y
modernización política y educativa cuyo principal impulsor fue Joaquín Costa. El pensamiento
regeneracionista podría explicarse así: la democracia había sido imposible en España porque la
voluntad popular había sido anulada por el caciquismo. Para Costa era fundamental acabar con
éste para recuperar la verdadera democracia y permitir el progreso de España.
En conclusión, después de esta corta guerra contra Estados Unidos, España perdió sus
últimos territorios coloniales y quedó inmersa en una grave crisis política y moral.
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